4 de junio de 2009

¿Quien es?

parte 7


POOM POOM POOM

Ese fue el ruido que me despertó la mañana de aquel martes. Estaba durmiendo muy tranquilamente pero un ruido me sobresaltó; eran aproximadamente las 9 am, horario en el que duermo como un angelito pero alguien golpeaba a la puerta así que no tuve mas remedio que salir de la cama cagado de frío.

Tenía lagañas, estaba muy dormido y bastante mal humorado por el hecho de pensar que alguien podría ser tan bestia; es decir, tengo timbre, no hacía falta que golpeen así.

- Quien es? pregunté.

Y nadie respondió... y volví a insistir elevando el tono de voz. Me pareció escuchar un ruido en el pasillo así que supongo que la persona todavía estaba ahí. Pero nadie contestaba así que levante la mirilla, inclusive hasta me puse de puntitas de pie para espiar mejor pero no se veía a nadie.

Realmente no me imaginaba que esto pudiese pasar en pleno día ya que la costumbre es que suceda de noche. Me asustó un poco, así que decidí dejar de preguntar quien pero me agaché y miré por la cerradura pero tampoco se veía a nadie, así que terminé acercando mi oreja contra la puerta de madera para intentar oír algo.

¡Grrrr grrr!! fue lo que se escuchaba, como un ronquido, una respiración leve que me puso la piel de gallina, además fue medio abrupta la situación. ¿Se habrá quedado dormido alguien en la puerta de mi depto? ¿Será Matías borracho nuevamente? mmm no, a pesar de que nos asustó en el sótano, esto suena bastante ridículo, así que fui rápido a la cocina, abrí un cajón y saqué un cuchillo; me dirigí hacia la puerta que tenía puesta la llave en la segunda cerradura ,que era la única cerrada, y muy velozmente y decidido la abrí.

¡Nada! no había nadie; de hecho el silencio predominaba el pasillo, ni siquiera se oyó a alguien corriendo o escapándose, por ende no era ninguna vecino molesto ni nadie.

Al día siguiente a la mañana mi madre se sentía engripada así que decidió entrar a trabajar un poco mas tarde, pero como toda mujer no se pudo quedar tranquila y comenzó a limpiar todo. La aspiradora comenzó a molestarme, así que justamente cerca de las 9 am otra ves estaba practicamente despierto y enojado, pero decidí no levantarme de la cama y seguir durmiendo.

Mientras escuchaba el ruido de la aspiradora y los movimientos de mi madre mientras casi me dormía nuevamente, al rato escucho que ella suelta la manguera del artefacto dejándola caer, como si se le hubiese resbalado de las manos; pero lo curioso es lo que dijo luego:

- Ayyy ¿que es eso? no fue necesariamente con un tono de susto sino mas bien de sorpresa, de curiosidad aunque después acotó

- Que horror!!

- Agustín vení, mirá esto.

Obviamente no le di importancia e hice oídos sordos para continuar durmiendo, pero volvió a insistir.

Voy hacia ella y le pregunto que sucede y me dice que mire el reflejo en la pared pero no vi nada así que volví a mirar a mi madre con cara de que no entendía que quería que viera y dijo

- Ya no está, si hubieses venido hace 1 minutos lo veías, ahora no se vé.

Me cuenta que cuando estaba aspirando se dio vuelta y en el reflejo de la pared vio una sombra ¨petisa¨, que ella sintió que la observaba. Indagué un poco para saber sino era el reflejo de algún mueble, un jarrón, algo pero no, además era imposible que se reflejara algo ahí.

Me dejó desconcertado y obviamente hubiese dudado si la situación hubiese ocurrido en otro momento, pero con lo que venía aconteciendo desde aquel sábado a la madrugada que fuimos al sótano realmente me guardé el escepticismo y obviamente le creí a mi madre, además ella no sabía nada por ende no tenía con que sugestionarse ni necesidad de inventar; por lo cual esa sombra que había estado 2 minutos antes de que yo me levantara estuvo ahí y definitivamente no fue nada común.

27 de mayo de 2009

Domingo Angustioso

parte 6



El domingo me desperté con un nudo en la boca del estomago y apenas pude tragar el café que me tomaba. No entendía bien pero la sensación no era la de un mal estar estomacal producto de la ingesta de alcohol ni nada por el estilo; era ese nudo en el estomago que se te hace cuando tenes que enfrentar alguna situación que te provoca estres o nervios, como cuando estas por rendir un examen. Pero esto venía acompañado de una tristeza pero lo puedo definir mejor como angustia, con un nombre que resonaba en mi cabeza todo el tiempo, y era el de Luís.

No había hablado con él desde ese sábado a la madrugada que jugamos a la copa en el sótano pero lo ultimo que sabía es que se iban a la casa de nose quien con Claudia a pasar el fin de semana. Le mandé un mensaje de texto que decía ¨Hola, como va todo? llamame cuado puedas¨ pero no respondía; igualmente no era motivo para preocuparse, siendo que siempre se lo olvida y además su pareja no tenía celu porque lo había perdido hace poco (para mi se lo robaron pero bueno).

Llegó la noche, Soledad y yo nos acostamos a dormir, yo estaba muy cansado, triste y angustiado.
Estaba todo a oscuras, la puerta entornada y hablabamos entre nosotros levemente estando próximo a dormirnos y de repente la puerta se abre despacio. Automaticamente creí que era mi perra que aveces viene a joder, pero nadie entró; pensamos que fue el viento pero no teníamos ganas de levantarnos a cerrarla y seguimos hablando como si nada hasta que pasó medio minuto y Soledad hace silencio abruptamente y me dice:

- Agustín ¿que es eso? prendé la luz boludo, prendé la luz....

- ¿Queeee? prendela vos que la tenes mas cerca. Le dije.

Mientras decía eso, sentí un escalofrío horrendo, porque algo venía como hacia nosotros;
era una sombra que a pesar de ser negra podía verse en lo oscuro de la habitación, lo cual fue muy extraño y además la vimos los dos al mismo tiempo.
Luego se desvaneció en el acto, desapareció en la mismísima oscuridad y cuando por fin el cuarto estaba iluminado, nos levantamos de la cama un poco nerviosos sin hacer ruidos para no despertar a mi mamá así que nos tomamos un café con leche mientras ella me decía que no tendríamos que haber jugado y que esto era producto de lo de abajo.

Yo pensé que exageraba y le dije que se calmara, pero no mucho tiempo después sonó el teléfono y era el llamado que estaba esperando, Luis.

Yo: Hola, que haces Luis?
El: Bien, te desperté?
Yo: No,no para nada, recibiste mi mensaje? quería hablar con vos.
El: No,no recibí nada tuyo pero estuve pensando casi todo el día en vos pero llegué hecho mierda y no te llamé, hace un rato que Claudia y yo nos despavilamosy quería contarte porqué.
Yo: Ya se, no me lo digas, viste sombras en tu casa o algo similar?
El : ¿Como carajo sabes? preguntó muy sorprendido.
Yo: Nosotros también nos desvelamos por eso.

Y ahí contamos como fue, la única diferencia es que él la había visto por la cocina cuando se había levantado a tomar agua (Clauida no vio nada).
También sin que yo le detallara nada agregó que se sentía un poco preocupado; eran una gran coincidencia y al parecer todo estaba relacionado, como bien decía Soledad, quien no pegó un ojo hasta que amaneció, mientras que yo me había dormido una hora y media antes; eso si, con la luz prendida.

Pasé un domingo triste y angustiado asi que me sentí igual que Mariano, el espíritu del subsuelo, ¿se acuerdan?

20 de mayo de 2009

Presencia

Parte 5



Así que después de su manifestación retomamos las preguntas, aunque la miedosa de Soledad decía que no estaba segura de seguir jugando y me destruyó con su mirada cuando volví a re doblar la apuesta por segunda ves:

- ¿Podrías mostrarte? Nos gustaría verte.

- Hablá por vos - acotó Soledad.

Y la miré con cara de ¨No seas pelotuda¨

La copa comenzó a moverse y lentamente formó:

- No quiero... es difícil.

- ¿Estas con otro espíritu mas? pregunté.

- Habrá pronto.

- ¿Podrías decirnos tu nombre, por favor? reclamó Luís

- Javier.

Y sin que preguntemos nada la copa comenzó a moverse un poco mas rápido. En un principio iba de una letra a otra constantemente y volvía repetirlas, eran tres letras:

- AMS

Nadie entendía que era AMS y en un futuro esto tendrá un POSIBLE significado.
Pero en ese momento, al moverse la copa de acá para allá parecía que ya no tenía ganas seguir en contacto con nosotros y fue Claudia quien le preguntó:

- ¿Te queres ir?

- Si

Y la copa cesó de moverse y volvió a l centro del tablero, pero yo, caprichoso, volví a insistirle:

- ¿Podrías mostrarte?

Pasaron 2 o 3 minutos y no hubo respuesta y parece que Mariano se había ido.

Sacamos los dedos de la copa, prendimos cigarrillos y nos quedamos charlando un rato sobre la noche, ya era sábado a la madrugada, cerca de las 6 AM, quizás. Permanecíamos en el sótano a oscuras con la poca luz del fuego de las velas hasta que de repente se oyó un portazo acompañado de pasos lentos, que no eran consecuentes, sino que medio pausados; nos miramos los cuatro espantados pensando ¿y ahora qué?
Cada ves se hacían mas fuertes y venían acompañados de ruidos extraños; estábamos paralizados, realmente me latía el corazón a mil por hora, no sabía si salir corriendo, si acercarme hasta la zona oscura para ver que era y prender las luces.

Se veía que de un poco mas lejos venía una sombra; Luís estaba pálido, Claudia inexpresiva y Soledad agarrandose la cara con las manos rezando que se termine.
Pero me puse escéptico y no se porqué tomé el papel de chico valiente y fui a ver caminando lo mas sigilosamente posible, porque efectivamente mi sospecha era cierta.
Miré y caminando rápido volví hacia mis amigos y novia y les dije hablando en voz baja:

-Apaguen las velas, apaguen las velas. Hagan silencio, quietos.

Y empezamos a soplar suavemente quedando a oscuras; los chicos no entendían nada y con muecas exigían explicaciones, mientras que yo solo ponía mi dedo índice en los labios pidiéndoles que hagan silencio freneticamente.
Y si, era Matías (el pibe que le contó a mi madre lo de la vieja en la urna) que bajaba a dejar su bicicleta, se ve que estaba medio ebrio.

Falsa alarma y final gracioso pero vivirlo no fue para nada cómico.

Días posteriores ocurrieron algunas cosas que les voy a mencionar en el próximo upload.

10 de mayo de 2009

Movimiento

Parte 4



-¿Estas? Preguntó Claudia después de pedir que se manifestara y no haya habido respuesta. Y esta vez no fue Luís ni ningún otro quien se manifestó, esta ves la copa se movió y fue hasta el SI.
Levanté la mirada, que hasta ese segundo había estado enfocada en la copa y nuestros dedos y observé las caras, las expresiones de mis compañeros de juego y volví a centrarme en él.

Es difícil describirlo pero cuando recibís la primera señal de que lo que estabas buscando está ahí, se te viene al cuerpo una emoción extraña, un escalofrío y un fuerte deseo de saber más y contradictoriamente una sentimiento de no saber como encarar la situación.

- ¿Sos mujer? preguntó Soledad.

Y la copa fue sorpresivamente hasta el NO. Claro, los cuatro esperábamos que la madre de la del sexto incinerada se manifieste.

¿Cuantos años tenes? dije yo.

- Ya no tengo edad.

No entendía a que se refería, pero después sospeché entender su ¨logica¨ así que retome una pregunta mas concreta:

-¿A que edad te moriste?

Y fue hasta el 2 y luego hasta el 8.

- ¿Fue una enfermedad?

NO.

-¿Entonces? reclamé.

Y lentamente formó la palabra ACCIDENTE.

- ¿Como es tu mundo? dijo Luís, que había estado en silencio todo este tiempo.

- Jodido.

(Dentro mío pensé -Acá también)

-Contanos algo más de ¨tu mundo¨, dijo Clau.

-No quiero.

- ¿Como te sentís? (Clau de nuevo)

- Triste y angustiado.



Y si, si yo estuviese en su lugar también me sentiría así por haber muerto accidentalmente.
Nose porqué, después de que haya dicho como se sentía nos pausamos un minuto todos, nadie preguntó nada, hasta que Soledad retomó y preguntó algo mas o menos así.

- ¿Sabes algo de la mujer de la urna?

- No se.

- ¿Estas solo? pregunté.

- Aveces.

La emoción que genera preguntar y que te contesten te lleva a olvidar preguntas. Si, preguntas tan básicas como la que hizo Luís:

-¿Como te llamas?

- No importa.

Evidentemente, denotaba cierta simpleza y tacañería al contestar que te dejaba con ganas de más, así que redoblé la apuesta:

- ¿Podrías darnos una señal?

Y la copa quedó estática, simplemente dejó de moverse. Inclusive repetí el pedido pero no hubo respuesta. Ya nos mirábamos los cuatro asumiendo que el espíritu simplemente se había ido pero dos minutos después se hizo escuchar con un golpe que se produjo a unos pasos nuestros.
No lo podíamos creer, era imposible que alguno de los cuatro hubiese generado ese ruido intencionalmente, además porque el mismo procedía de un poco mas adelante desde donde las velas no lograban iluminar.
Estuvimos todos de acuerdo en que el ruido fue como si alguien golpeará algo enrejado y efectivamente eso había en el subsuelo, muchas rejas.
Lo pocas palabras que salían de nosotros eran las esperadas, es decir, ¡no boludo, dejame de joder! ¡que flash! ¡esto es increíble!

Honestamente y no es para menos, el ruido nos descolocó un poco y tardamos algunos minutitos en retomar.
De este personaje sabíamos que tenía 28 años cuando murió, y que fue por accidente y que además era hombre.

Y obviamente seguimos preguntando...






(despues sigo, el deber me llama)

6 de mayo de 2009

Que empieze el ¿Juego?

Parte 3


Eran aproximadamente las 2:30 AM y decidimos que era momento de bajar al subsuelo, así que los cuatro, sigilosamente, bajamos las escaleras siendo que teníamos que ser cuidadosos ya que el silencio en el edificio era notable, por lo cual había que evitar sobre saltos y hablar lo mas tranquilos posible y esto era complicado porque Luís tiene una voz resonante y ocasionalmente molesta. Para colmo la muy torpe de Soledad trastabilló cayendo sentada mientras a su ves descendía un escalón de culo; nunca reprimimos tanto una carcajada y Claudia, la más risueña del grupo, se tapaba la boca con la caja que contenía los elementos del juego.

Prendí las luces, así que el sótano quedó en evidencia; sus jaulones oxidados, los ganchos de carnicería que colgaban las bicicletas de los propietarios, el piso de cemento rasposo y un recipiente con veneno para ratas, cuya fecha de vencimiento seguro había expirado hacía por lo menos un año.

Claudia y Luís no conocían el lugar, así que observaron todo, inclusive hasta las sobras guardadas que eran desde sillas, jarrones, baúles, el pingüino embalsamado de un propietario que no viene hace 5 años como mínimo, azulejos, mesas de madera, escritorios y una urna para cenizas.

Comenzamos a armar el juego sobre una mesa de madera mediana de patas cortas algo angosta que previamente a la tarde yo había visto fuera de una baulera, tomando en cuenta que en el piso por ahí era incomodo; letras, números, SI, NO, etc.
Todo esto lo hicimos rápido porque temíamos que la luz del sótano proyecte algún tipo de reflejo que levante sospechas por lo cual teníamos que apagarla e iluminarnos con un par de velas que tenía en una bolsa.

Todo estaba listo. Apoyamos los dedos sobre la copa, tratamos de no mirarnos demasiado entre nosotros para concentrarnos en ella y estuvimos aproximadamente tres minutos en silencio que fue roto levemente por la voz de Claudia que preguntó algo así como:

- Si estás ahí te pido que te manifiestes. ¿Estás? -dijo 30 segundos después.

- Debe estar ¨no disponible¨, boluda. - remató Luís, haciendo alusión al MSN.

Es difícil describirlo, pero lo expresó de una forma seria en la que ni se inmutó que me provocó muchas risas, al punto de que lagrimeé al contenérmela. Pero a pesar de esto, nos enojamos un poco, porque realmente se había logrado un clímax prometedor al que nos costó volver unos 20 minutos; además de que no quería que pasara algo similar a lo que la vez anterior; pero bueno, con las cosas que fueron sucediendo luego, recordar una situación cómica no le hace mal a nadie.

Nos pusimos serios y lo que Luís había dicho hacía 20 minutos fue como sino hubiese sucedido.
Claudia me preguntó si sabía el nombre de la difunta en la urna pero desgraciadamente negué con la cabeza, así que no le quedó otra que repetir lo de antes.

- Si estas ahí ¿podrías manifestarte?

Y si... hubo una manifestación.

5 de mayo de 2009

Convocando amigos

Parte 2



Apenas mi madre se fue del departamento a realizar sus quehaceres me levanté de la mesa y me dirigí al teléfono.
Mientras tanto Soledad seguía comiendo galletitas y como solemos estar en sintonía supuso lo que iba a hacer.

Claudia y Luís son una pareja amiga nuestra; nos conocimos en una salida grupal a través de terceros y como tuvimos química iniciamos una muy buena relación así que mantuvimos el contacto desde aquel entonces.
Previsiblemente, en ocasiones anteriores nos habíamos puesto de acuerdo para jugar a la copa y eso hicimos una ves; pero cuando hay alcohol de por medio, un ambiente risueño y un tablero horriblemente hecho y una copa de plástico de algún cumple años viejo las cosas no salen bien.

Me atendió Claudia, a quien le conté lo de la caja en el sótano y quien también se rió e hizo el trillado chiste respecto al amor que le tenían a la difunta. La idea le gustó y al escucharla con un tono de voz entusiasta le encargué si podía hacerse cargo de llevar lo necesario para el tablero ya que yo no tengo paciencia ni buena letra para hacer algo decente. Renegó un poco así que le pedí que me pasara con Luís que es un tipo paciente pero se estaba bañando.

Pero de repente Claudia hizo memoria y recordó a su amiga Florencia, que casualmente había estado la noche en que nos conocimos y con quien también habíamos tenido salidas en común (aunque no es nescesariamente amiga), además esta chica, por esas casualidades de la vida vivía a poco menos de tres cuadras de lo de mi novia por lo cual ya nos teníamos de vista de antes además de haber charlado en varias ocasiones.
Yendo al grano, Florencia solía jugar al juego de la copa y en realidad creo que estaba un poco mas allá del tema. La cuestión es que al jugar seguido, ella tenía los elementos bien hechos y listos para jugar, por lo cual Claudia la iba a contactar para pedírselos prestados.

Aproximadamente 2 horas después suena el teléfono y efectivamente era Clau confirmándome que había hablado con Florencia y que no tenía drama en prestárnoslo; de hecho quería unirse a la velada pero le dolía mucho la muela, así que pensaba fumar mariguana y dormirse.

Finalmente quedamos en vernos a las 22 horas, comer algo por algún fast food de por ahí, luego ir a mi casa, para luego volver y bajar al sótano, improvisar y ver si lograbamos algo interesante, por lo cual todo estaba listo para empezar.

4 de mayo de 2009

La caja en el sótano

Parte 1:


Siempre nos gustó escuchar historias y las clásicas rarezas y anécdotas relacionadas con el tema en cuestión; ya sea todo lo que tiene que ver con sucesos raros que hayan ocurrido a alguien o las historias de las casas o edificios, sobre todo los que son antiguos, como en el que vivo, que prometen algo mas. Nuestra actitud para con estos temas es quizás, algo infantil, pero nos encanta y somos curiosos; de hecho cuando hablamos por primera ves, antes de tener la relación que hoy nos une, lo sobrenatural fue lo que creo una química recíproca.

La historia comienza cuando Soledad y yo estábamos merendando en el living de mi casa cerca de las 3:40 pm mientras aburridamente hacíamos zapping en la bendita TV y planeabamos que hacer a la noche mientras también hacíamos tiempo para ir hasta un local a comprar estupideces.

Mi mamá es la encargada del edificio y apareció ante nosotros cuando despertaba de la siesta, siendo que a los 20 minutos entraba a trabajar de vuelta, así que rápidamente se sentó en la mesa con nosotros mientras se preparaba un café y comía unas pepas apresuradamente y casi con la boca llena hizo un gesto que me indicó que se estaba acordando de algo que no me había dicho hasta el momento.

Nos cuenta que hoy a la mañana fue a limpiar el subsuelo del edificio, que es mas bien una suerte de sótano amplio que contiene como jaulas cuadradas con el numero y letra de cada departamento, así que allí los propietarios guardan mierdas sobrantes y secundarias que no cabieron en sus viviendas.

Yo ya había estado ahí, digamos que eso no es ninguna anomalía pero siempre, no se si por sugestión o paranoia no me gustaba entrar cuando mi vieja aveces me pedía que vaya a buscar algo o la ayudara, porque siempre te da la sensacion que un segundo antes de que enciendas la luz va a salir algo raro y te va a asustar como mínimo. Es decir, que siempre da la impresión de que te están observando y además convengamos que el olor a humedad, los repentinos arranques del motor de los asensores y los ruidos de casi todo el edificio recaen allí.

Cuando mi querida madre bajó a barrer se encontró con Matías, un pibe joven y cari lindo del primer piso, que estaba en el sótano retirando la bicicleta para irse a trabajar, que vive con su abuela, a la que definitvamente le faltan un par de tornillos y de timpanos, porque tambien es medio sorda.

Mientras barría, notó en uno de los casilleros, el del sexto específicamente, una caja sobre otras chucherías que la sostenían que le pareció ciertamente rara a lo que mi madre en voz alta exclamó:

-¿Que es esa caja rara? (me río mientras escribo esto porque me recuerda a lo ingenua que es mi vieja aveces)

Lo cual obviamente llamó la atención de Matías que con total naturalidad riéndose, dijo:

- AJaja la del sexto,no? Es una urna de cenizas, tiene los restos de la madre de la señora.

Cuando mi vieja nos termina de contar esta boludes, recuerdo que Soledad se empezó a reír por el chiste obvio de que evidentemente mucho no querían a la madre como para tener sus restos junto a las sobras de todo el edificio.

Yo, por mi parte también me reí, porque a esto se le agrega que me causa gracia la mujer del sexto porque tiene una cara de loca malco importante. Luego miré a Soledad, como cuando la Chilindrina mirá al chavo del 8 cuando se le ocurre algo, porque de un un momento a otro, ya sabíamos que hacer a la noche.